República Dominicana sorprende en IBTM con un despliegue que supera expectativas
- Ian Poot Franco
- hace 6 minutos
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En el marco de IBTM Américas en Centro Banamex, un país pequeño en territorio, pero gigante en visión turística, volvió a dar una lección de cómo se debe promocionar un destino en la era actual. República Dominicana llevó a cabo una presentación para 1,600 personas que dejó a más de uno con la boca abierta, no solo por la magnitud, sino por la calidad y el cuidado en cada detalle.

Lo que parecía una simple escena promocional se transformó en un espectáculo integral: pantallas LED envolventes, estadísticas claras y contundentes, una narrativa visual que conectaba con las emociones, y una campaña que trascendía lo tradicional. La estrategia no se quedó en folletos o discursos: incorporó celebridades, cine, gastronomía, cultura y música como engranajes de una maquinaria promocional perfectamente afinada.

La muestra gastronómica evocaba los sabores caribeños en cada bocado; los bailes típicos inyectaron energía y color; y para cerrar con broche de oro, el escenario fue tomado por el grupo Ilegales, quienes con éxitos como "Si la morena pide más" pusieron a bailar y cantar a un público que difícilmente olvidará esa noche.

Más allá del despliegue estético, lo que sorprende es el mensaje de fondo: un país del tamaño de República Dominicana, con menos población y menos presupuesto que muchos estados de México, logra producir eventos de clase mundial que ya quisieran capitales y destinos con mayores recursos.

Mientras tanto, en nuestro país vemos cómo muchas presentaciones estatales —que deberían ser vitrinas de orgullo y competitividad— se han reducido a comidas de promoción turísticas repetitivas, poco creativas, en ocasiones aburridas e irrisorias.

El contraste no puede ser más evidente. Mientras unos reducen y menguan esfuerzos, República Dominicana expande su influencia con una propuesta vibrante, moderna y estratégica. Un recordatorio claro de que el turismo de reuniones no se construye con improvisación, sino con visión, creatividad y profesionalismo.

En definitiva, la escena dominicana en IBTM fue un golpe de realidad para quienes todavía piensan que “más presupuesto” significa “más impacto”. Lo que República Dominicana nos enseñó es que el éxito no depende del tamaño del territorio ni del número de habitantes, sino de la capacidad de entender la industria, sorprender al mercado y emocionar al viajero.
Quizás sea hora de que los destinos mexicanos tomen nota y reconozcan que, en turismo, los grandes no siempre son los más fuertes.

Y hay una coincidencia que no deja de ser significativa: detrás de esta gran producción estuvo una empresa mexicana, Grupo A+B, liderada por mi amigo Marco Rea y miembro de Expertos en Turismo, alguien que demuestra el talento que existe en la industria de reuniones en nuestro país. Me dio mucho gusto ver cómo una firma nacional puede ejecutar con tal nivel de excelencia un evento de esta magnitud.
Si alguien busca este tipo de experiencias integrales y memorables, vale la pena acercarse a su trabajo en https://grupoamasb.mx/
