Un Retrato que Reconciliará la Historia: Donación del Retrato de Hernán Cortés al Castillo de Chapultepec
- Ian Poot Franco

- 23 oct
- 3 Min. de lectura
El pasado 21 de octubre de 2025, el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, fue sede de un acto simbólico de profundo valor histórico y cultural: la donación del retrato de Hernán Cortés, entregado por Ascanio Pignatelli Aragona Cortés y Tatiana Nicoletta Pignatelli Aragona Cortés, descendientes directos del conquistador, y representantes de Turismo Filantrópico A.C.

El evento reunió en el auditorio del museo a autoridades, académicos y personalidades del ámbito cultural. En el presidium participaron Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia; Ascanio Pignatelli Aragona Cortés, vicepresidente de Turismo Filantrópico A.C.; y el cineasta Miguel Gleason, cuya labor fue esencial para la concreción de esta entrega patrimonial.Asimismo, en representación de Expertos en Turismo, asistió Lizeth Sánchez, Delegada de Afiliaciones, además de los miembros Fernando Torres, Yuriko Mizué y Magda Rabanal quienesacompañó el acto en calidad de invitada especial, reafirmando los lazos de colaboración entre el sector turístico y las instituciones culturales del país.

En su discurso, Salvador Rueda reflexionó sobre la doble naturaleza del momento: “El museo es una máquina para pensar el pasado —dijo—, y su regla escrita en piedra indica que la historia no es reversible”. Subrayó que recibir esta pieza no sólo significa incorporar una obra al acervo del museo, sino también abrir una puerta a la reconciliación de la memoria mexicana, cargada de mitologías, símbolos y contradicciones.

El retrato al óleo de Hernán Cortés es una obra que, además de su calidad artística, tiene un profundo peso genealógico e histórico. Representa no sólo a un personaje que cambió el rumbo del mundo, sino también la compleja herencia cultural que definió el nacimiento de México. Rueda evocó la paradoja de su figura: “Hernán Cortés, sigiloso y audaz, admirado y mal visto, fue fundador del ayuntamiento, raíz de nuestra organización política, y a la vez protagonista de un episodio que aún genera debate. Nada de lo que pensemos fue su culpa: fue de la historia.”
Durante la ceremonia, se reconoció la gestión de Miguel Gleason, promotor de arte y realizador, así como la colaboración de MUESART Art Cowork, Dulce Ángel García, Álvaro Espinosa, Alejandro Ramírez, Jaqueline Gutiérrez, Elia Botello y Jennifer Ponce, restauradoras que garantizaron la conservación y montaje de la pieza. También se agradeció el apoyo del Consulado de México en California, la Secretaría de Relaciones Exteriores, y la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH.
Uno de los momentos más significativos fue la presencia de Francisco Acosta Ruíz Peinado, descendiente de Moctezuma, invitado especial de la familia Pignatelli Aragona Cortés, cuya participación dotó de un sentido simbólico de reencuentro histórico entre dos linajes que marcaron el origen del México mestizo.
En palabras finales, Rueda recordó la sentencia de José Moreno Villa, citada por José Luis Martínez en su biografía de Cortés:
“La historia de México está en pie. Aquí no ha muerto nadie. Están vivos Cuauhtémoc, Cortés, Maximiliano, Porfirio… Todo el pasado suyo es actualidad palpitante. No ha pasado lo pasado, se ha parado.”
Así, con esta donación, el Museo Nacional de Historia reafirma su misión de custodiar las huellas del pasado, sin regaños ni juicios, sino con memoria y entendimiento.El retrato de Hernán Cortés vuelve a casa, no para glorificar, sino para recordar, dialogar y pensar quiénes somos como nación.




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